Primera prueba del nuevo Audi A8 2018

Ya est disponible en los concesionarios de Audi la cuarta generacin del A8, mximo exponente tecnolgico de la firma alemana. Este modelo es el encargado de estrenar muchos de los avances tcnicos que despus heredarn el resto de modelos de la amplia oferta de Audi.

De momento, la gama del Audi A8 cuenta con una reducida oferta de motorizaciones compuesta por un motor diésel 3.0 V6 TDI de 286 CV (el favorito de los clientes de este coche y denominado 50 TDI) y un propulsor gasolina 3.0 V6 TFSI de 340 CV (55 TFSI). Ambos se pueden combinar con la carrocería estándar, de 5,17 metros de longitud; o la carrocería alargada (A8 L), donde la distancia entre ejes aumenta en 13 cm para procurar un mayor espacio para las piernas en las plazas traseras.

A lo largo de 2018, llegarán una versión gasolina con el conocido motor W12 y una variante híbrida denominada e-tron. Y tendremos que esperar hasta el año 2019 para disfrutar de mecánicas V8, donde se incluye la variante más deportiva S8.

La carrocería del nuevo Audi A8 está compuesta por un 58% de aluminio, y la marca dice que ha aumentado la rigidez "de forma significativa" en comparación con el modelo anterior. Para la célula del habitáculo se recurre a componentes de acero más un panel extremadamente rígido realizado en polímero reforzado con fibra de carbono (CFRP) y situado por detrás de los respaldos de las plazas posteriores y la parte superior del maletero. Una viga de magnesio justo por delante del parabrisas delantero es el cuarto material empleado para conformar un bastidor que proporciona mayor rigidez, lo que repercute en un mejor comportamiento dinámico. En lo que respecta al peso, la marca declara para el A8 3.0 TDI una dato de 2.050 kg –un BMW 730d xDrive declara 1.900 kg; un Mercedes S350d 4Matic se queda en 2.025 kg–.

Un interior impecable

En lo que respecta al interior, el nivel de terminación es el que se espera de una berlina de representación, con una ejecución impecable, un uso intensivo de materiales agradables al tacto, una estudiadísima iluminación interior y un habitáculo bien aprovechado –incluso en la variante corta, las plazas traseras procuran un gran hueco para las piernas y la cabeza; el maletero, en esta carrocería, se queda en 505 litros–.

El puesto de conducción es realmente cómodo, y la disposición de los diferentes elementos como el climatizador o el sistema multimedia tienen un ergonomía lógica y accesible, con sendas pantallas táctiles de funcionamiento rápido, y con la única pega que cuando están apagadas –se integran muy bien en el salpicadero–, las huellas se aprecian con claridad – este A8 prescinde del mando rotativo con touchpad de su antecesor y estrena el denominado MMI touch response–.

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El conductor controla el sistema de infotainment en la pantalla central de 10,5 pulgadas. La segunda pantalla táctil, situada en la parte central inferior sirve, además de para manejar el sistema de climatización, integra otras funciones como la introducción de textos a través del sistema de reconocimiento de escritura manual. Cuando el conductor activa una función en una de las dos pantallas táctiles, percibe un clic a modo de confirmación –como si pulsara un botón tradicional–.

El conductor también puede activar una serie de funciones mediante la voz, y tareas como pedir al navegador que nos lleve a algún lugar o reproducir una emisora de radio concreta se ejecutan de forma fluida y lógica.

En marcha: suave, confortable y rápido

En lo que respecta al apartado dinámico, el A8 se comporta muy bien para el peso que declara, con un nivel de confort superlativo –la suspensión neumática es de serie– y una capacidad de control de movimientos de la carrocería en zonas más sinuosas realmente destacable teniendo en cuenta las proporciones y masa del coche. No obstante, ayudan a esta grata impresión el hecho de que las unidades de prueba a las que tuvimos acceso en carreteras de las provincias de Sevilla y Córdoba equipaban novedades como el eje trasero direccional –ayuda a maniobrar a baja velocidad y aumenta la agilidad en los cambios de trayectoria cuando el ritmo aumenta– o la suspensión activa, con actuadores electromecánicos en cada una de las ruedas que permiten un preciso ajuste entre confort y deportividad; además, mejoran la seguridad pasiva ante una colisión lateral gracias a la información del presense 360º –este sistema es capaz de ´elevar´ el lateral del coche si detecta que otro vehículo va a impactar en esa zona–.

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Si hablamos de los motores, tuvimos la oportunidad de probar ambos, aunque hicimos un recorrido más largo y variado con la variante gasolina. En el caso del V6 diésel, ofrece el perfecto equilibrio entre un nivel de prestaciones más que razonable y un consumo medio declarado de 5,6 l/100 km, lo que procura una autonomía destacable. Su funcionamiento es refinado y su forma de empujar muy progresiva, por lo que mantener cruceros altos en autopista es sencillo y su respuesta permite adelantar con seguridad.

En el caso del gasolina, el nivel de empuje a bajas vueltas es un poco menor –este motor registra un par motor de 500 Nm, por los 600 Nm del diésel–, pero la superior potencia –340 CV frente a 286 CV– se nota a la hora de acelerar –pasa de 0 a 100 km/h en 5,6 segundos, frente a los 5,9 seg. del diésel– y el sonido y sedosidad de funcionamiento hacen que sea un punto más agradable de conducir que el de gasóleo. En ambos casos, el cambio es automático de ocho velocidades con un funcionamiento en el que prima la suavidad en las transiciones de una relación a otra, con un nivel de rapidez más que aceptable.

Precios de acceso a la gama Audi A8:

Diésel

• Audi A8 50 TDI: 97.460 euros
• Audi A8 L 50 TDI: 100.360 euros

Gasolina

• Audi A8 L 55 TFSI: 104.560 euros
• Audi A8 L 55 TFSI: 107.580 euros

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