Fotos: compactos GTI usados por 12.000 euros

Renault Mégane RS

Este Mégane RS tenía dos problemas: un, la dirección, una de las peores que jamás ha llevado un coche de serie. Era eléctrica, pero con un tacto completamente artificial. El otro era el motor. Corría, pero no tanto como un TFSI, por ejemplo, y gastaba bastante más. El comportamiento de las primeras versiones no era muy bueno, pues la suspensión trasera iba demasiado blanda. Con el Trohpy la endurecieron mucho, y el coche parecía otro. Además, añadieron un autoblocante, convirtiendo al RS en uno de los compactos más excitantes y deportivos del momento, si no el que más. Ágil, vivote reacciones, preciso... Una maravilla (salvo por la dirección). Eso sí, también era de los más incómodos.

M. Tineo